¡Bienvenido al Blog Oficial del Centro Andaluz de Mediación!

ÍNTER-NÓS, Centro Andaluz de Mediación
, con sede en Málaga, es una Entidad constituida por profesionales expertos en mediación, para promover la solución extrajudicial de controversias de toda índole.

A tal efecto, con la participación de destacados profesionales del ámbito jurídico, psicológico, mercantil, educativo, e institucional, se crea el Reglamento de Mediación del Centro y las Cláusulas Contractuales de actuación, donde se fijan las bases del procedimiento de mediación que asumirán las partes que se someten al mismo.

El Centro Andaluz de Mediación tiene además como objetivo la divulgación de la Mediación en todos los ámbitos sociales, así como la formación de profesionales mediadores, suscribiendo a tal efecto acuerdos de colaboración con distintas Universidades, Colegios Profesionales y Organismos Públicos.

María Merino Nogales (Coordinadora Centro Andaluz de Mediación)

jueves, 17 de febrero de 2011

¿Hablamos de Mediación?

Si hablamos de mediación, tanto legos como doctos dirán:
¡Yo he hecho mediación!
Quién no ha intervenido alguna vez en un enfado entre amigos, para apaciguar los ánimos, en una riña de pareja, o en una disputa familiar. Sin duda, en todas estas ocasiones, nuestra intervención ha sido la de mediador; mediador hermano mayor, mediador amigo o mediador vecino. Y, efectivamente, en todos estos casos, habremos realizado lo que se denomina mediación natural, llevados por nuestra buena fe y por el ánimo de que las cosas no lleguen a más.
Pero este tipo de intervención dista mucho del trabajo realizado por el Mediador profesional, de aquel que, conociendo las técnicas necesarias, las aplica para lograr que las partes en conflicto:
v  Puedan sentarse juntas en torno a una mesa, como iguales
v  Que vuelvan a mirarse a la cara y vean a una persona y no un problema
v  Que entiendan que el conflicto les afecta a los dos, que empaticen y comprendan que lo que beneficia o perjudica al otro, tal vez, pueda beneficiar o perjudicar a uno mismo
v  Que recuperen la cortesía, los buenos modos, incluso, por qué no, la sonrisa que se regalaron al hacerse novios, o al firmar el contrato de trabajo, o cuando jugaban en el recreo al fútbol o a la comba, o al alquilar el “piso patera” con otra familia formada también por cuatro miembros.
v  Que entiendan y sientan que pueden manifestar sus puntos de vista, sus opiniones, su forma de ver la cuestión que les distancia/une, solicitar aquello a lo que creen que tienen derecho, libremente, sin coacciones y en la confianza de que no va a ser utilizado en su contra, de que no están dando información al “enemigo”.
v  Que el conflicto que les ofusca puede tener una solución sin perdedores, desde el enfoque de ganador-ganador.
v  Que el Mediador está allí para ayudar a las dos partes por igual, sin juzgarles ni imponerles postura alguna.
La mediación no siempre nos dará la solución, no todo será mediable pero, si realmente los afectados por el conflicto tienes la voluntad de resolver, puede ayudarnos en un elevado número de casos a lograr lo más justo para las partes y los terceros afectados.
Hay un dicho popular que reza: “Más vale un mal arreglo que un pleito” y mis amigos gitanos auguran al enemigo: “Pleitos tengas, así los ganes”. Curiosamente, muchos de los que hemos trabajado en el ámbito jurídico, como Abogados/as, sabemos que es cierto, que al pisar un Juzgado cada una de las partes ya está perdiendo. De entrada están, en gran medida, renunciando a exponer sus demandas reales, puesto que éstas quedarán circunscritas al marco jurídico, de lo legal, pero no siempre de lo justo.
El enfoque de la mediación nos permite tener un objetivo común, no antagónico, que, dentro de la legalidad, persigue lo más justo para ambas partes. No hay demandante y demandado, no hay parte contraria. Y, no obstante, frente a las posturas excluyentes, que ven en el profesional Mediador una competencia, nada más lejos de la realidad. El mediador allana el camino de muchos conflictos que, posteriormente, requerirán el placet o refrendo judicial, posibilitando que esos acuerdos tengan larga vida, porque se han alcanzado por la vía del consenso y no de la imposición.
Como dice mi admirado Profesor, Javier Alés: “La mediación es magia”. Estoy totalmente de acuerdo. Hagamos magia y devolvamos al hombre, a la mujer, lo que les hace tal, su raciocinio, su capacidad de decidir por sí mismos, que es en definitiva lo que nos hace libres.
María Merino Nogales
Coordinadora Inter-Nos